ESPECIALMENTE EN EL SECTOR PROFESIONAL, EL SUEÑO SE RELACIONA CON MUCHOS DE LOS ACCIDENTES DE TRÁFICO. ESTO SE DEBE A QUE, AL CONTRARIO QUE EN OTRAS SITUACIONES DE RIESGO, QUEDARTE DORMIDO AL VOLANTE ELIMINA CUALQUIER CAPACIDAD DE REACCIÓN. LA SOMNOLENCIA, ADEMÁS, AFECTA GRAVEMENTE A TU CAPACIDAD DE CONDUCCIÓN. ¿SABES CUÁLES SON LOS EFECTOS MÁS COMUNES?
Alteraciones más importantes producidas por la somnolencia
- Incremento del tiempo de reacción: aunque no lo notemos mientras conducimos, se aumenta sensiblemente el tiempo de reacción a los estímulos. Uno de los accidentes más comunes en este caso es el alcance trasero, al no reaccionar a tiempo a un frenado del vehículo que nos precede.
- Baja concentración y alta distracción: especialmente cuando la conducción se vuelve monótona, se vuelve difícil mantener la atención en la carretera.
- Toma de decisiones de forma lenta y errónea: cuando aparece el sueño, tardamos más en procesar la información, por lo que reaccionamos de forma más lenta y, frecuentemente, errónea. En situaciones complicadas y donde es necesario dar una respuesta rápida es muy común tomar la decisión equivocada.
- Alteraciones motoras: con el cuerpo relajado bajo los efectos de la somnolencia, nuestros movimientos son más lentos e imprecisos. Incluso pueden llegar a aparecer temblores en algunas partes del cuerpo.
- Movimientos más automatizados: tendemos a ejecutar los movimientos de forma automática cuando tenemos sueño. Puede darse la situación en la que realices un movimiento más por hábito que en la necesidad del momento.
- Alteración de las funciones sensoriales: se necesita una mayor intensidad de los estímulos para llegar a percibirlos. La vista es el sentido que más se deteriora con somnolencia: fatiga ocular, visión borrosa, menor capacidad de enfoque, etc.
- Aparición de microsueños: lo más peligroso de los microsueños es que, por lo general, no sabes que has caído en uno hasta que sales de él. Esto significa que, durante unos segundos, te quedas ligeramente dormido y no percibes lo que ocurre a tu alrededor. Es uno de los efectos más peligrosos y que produce accidentes de mayor gravedad.
- Alteraciones de la percepción: con sueño, identificamos y captamos peor los estímulos de la carretera. Llegados a un punto de privación de sueño, incluso se pueden llegar a sufrir alucinaciones e ilusiones.
- Cambios en el comportamiento: con sueño podemos sentirnos más nerviosos e incluso más agresivos o irascibles. Se tiende a arriesgar más en maniobras, especialmente cuando nos encontramos cerca del destino y queremos llegar a dormir. Un dato curioso: los conductores con sueño tienden a ocupar el centro de la carretera y echarse hacia la izquierda.
La importancia de descansar bien
Llegados a este punto, esperamos haberte convencido de que conducir con sueño no es una buena idea. Lo ideal es tener hábitos de sueño saludables, dormir entre 7 y 9 horas y no conducir en franjas horarias en las que aumenta el sueño (de 3 a 5 de la mañana y de 2 a 4 de la tarde). Es recomendable parar a descansar cada 2 horas. Por supuesto, no bebas alcohol ni consumas drogas. Cuidado con los medicamentos, algunos producen somnolencia. Bebidas estimulantes como té y café están bien, pero cuidado con el efecto rebote de las mismas. Y una cosa más: si no te encuentras lo suficientemente descansado, no emprendas el viaje.
Para más información, puedes leer un especial de la DGT al respecto aquí.
Quizás te puede interesar:
- ALQUIBER PATROCINA LA IX CARRERA POPULAR DE TETUÁN
- DECÁLOGO PARA CUIDAR LOS FRENOS DE TU VEHÍCULO
- TOP 10 COMUNIDADES DONDE REPOSTAR ES MÁS BARATO
- LA CONDUCTA PAS: QUÉ HACER EN CASO DE ACCIDENTE